El jabalí despierta una pasión especial entre los cazadores, situándose muchas veces por encima de venados, gamos o muflones.
Su carácter astuto y desconfiado convierte cada encuentro en un reto de inteligencia y paciencia.
El lance al jabalí es siempre imprevisible y necesario los perros de las rehalas para sacarlos de sus encames, algunas veces aparecen de improviso, y casi siempre arremeten con bravura y ponen a prueba la serenidad del cazador y la valentía de los rehaleros, que prestos van a los agarres para ayudar a sus valientes perros de las rehalas para que nos lo hieran.
La abundancia de jabalí en los últimos años, los convierten en protagonistas habituales de monterías y aguardos, manteniendo vivo el pulso cinegético todo el año. Cazar un buen macho, viejo y resabiado es todo un reto.