La rehala solo se puede entender desde la pasión por los perros y la caza. Es la protagonista indiscutible de la montería y el símbolo identificador de la misma, la que le da carácter y autenticidad.
En las batidas o monterías, se usan rehalas compuestas entre 10 o 12 colleras de perros , dependiendo de la extensión de monte a batir, son conducidas por los guías o perreros, que conocen a la perfección el terreno. Los canes trabajan en equipo utilizando el olfato, vista y oído para detectar a las presas y poder conducirlas hacia la posturas, de esta manera los cazadores puedan abatirlas.
Los auténticos rehaleros afirman que tener las rehalas suele ser un actividad heredada y se puede definir como un hobby o pasión, asegurando que quien comienza en esta actividad difícilmente la puede dejar.