El arte de la suelta, es un momento de belleza, pero a su vez complejo, debido a que los rehaleros y organizadores deben ser conscientes de su importancia aprendiendo a valorar una correcta ejecución o de lo contrario puede terminar la montería en fracaso.
Dependiendo de la finca, el terreno, las condiciones meteorológicas y los perros que se vayan a usar conocemos tres tipos de batidas distintas, en primer lugar, en un solo sentido empezando en un extremo y terminando en el opuesto, en segundo lugar, al choque, colocando una armada dividiendo la mancha y soltar un grupo de rehalas en ambos extremos y batir hasta el encuentro de ambas en la armada central. Y finalmente, dando la vuelta por completo a la finca, terminando en el mismo lugar que se soltó.