Gestionar una finca de caza en la que habitan grandes trofeos de venados no es tarea fácil. Para ello, es necesario que haya controles poblacionales de machos y hembras, priorizando aquellas que tienen un aspecto sano y de mayor tamaño y seleccionando como reproductores aquellos machos que no poseen malformaciones en sus cuernas. De esta manera se va a favorecer en las fincas una buena genética.
Por otro lado tener una buena alimentación es esencial. Esto hará que los varetos tengan la fuerza suficiente para crecer y desarrollarse, llegando a convertirse en grandes sementales. También es necesario que las hembras tengan los nutrientes necesarios en su periodo de gestación, lo que hará que los varetos nazcan fuertes y sanos.
Por último, a la hora de cazar, solo se abatirán los venados que han llegado a su máximo esplendor y cuya época reproductora ha terminado.