El galgo lleva la caza interiorizada, no es algo que tenga que aprender. A un cachorro de galgo le sueltas la primera liebre y ya sale corriendo detrás de ella. El instinto del galgo es perseguir.
La preparación física del lebrel es lo primero, porque si el perro no llega en buenas condiciones físicas a la temporada de caza, le estaremos sometiendo a un sobreesfuerzo. Hay que entrenarlos todos los días, teniendo que salir a correr entre 8 y 12 km diarios y cuidar su alimentación, sobre todo si estamos en temporada o no. Cuando el perro no sale a cazar y no realiza esos esfuerzos en carrera tan exigentes, debemos bajar la proporción de grasa y de hidratos de carbono de la dieta.
El momento de la carrera, cuando ves a los galgos de poder a poder con la liebre, es para lo que trabajan los galgueros durante todo un año. Ver disfrutar de sus galgos mientras protagonizan esos pases uno frente al otro, llegando hasta la liebre, distinguiendo cuál de los dos lo está haciendo mejor. Si esta pega un quiebro, ver cómo se recuperan uno u otro, cuál de los dos perros es el que espera a que el otro consiga dar el golpe para atacar…
Esto es lo más bonito de la caza con galgo.