Nati es feliz en Acebo, destaca la tranquilidad que se respira, a veces demasiado, dice, aunque echa de menos el mar, el olor a salitre y los pinchos de Donosti. No se arrepiente de haberse quedado a vivir en Extremadura, aunque añore su tierra natal. A la pregunta sobre si hubiera vuelto responde que en Acebo están sus hijos y su marido, ellos no quieren salir de Extremadura y entonces, ella tampoco. Sus hijos ordeñan desde pequeños, llevar esa leche a casa era su pasión, se lo transmitieron todo el abuelo y su marido, Jesús. Sólo va a San Sebastián a visitar a su madre, que tiene 84 años, y a su hermana. Sus padres se separaron cuando eran pequeñas y la madre pasó momentos duros, pero su abuela la ayudaba mucho y al final le ha ido bien, trabajó casi 50 años como cuidadora en una guardería en San Sebastián. Cuando va a verla a San Sebastián sube con su hijo pequeño, el mayor se comunica con la abuela por videollamada.
Cambió San Sebastián por Acebo y se enamoró de Extremadura
Martes, 15 Octubre 2024