La pasión de Francisco por el corcho le viene desde muy jovencito, cuando a los dieciséis años el cura de Hornachos les pidió a los jóvenes que hicieran algo artesanal para regalárselo a la Virgen de los Remedios y así entrar a formar parte de las actividades de Acción Católica. Y Francisco hizo un “corchito” que es como se le conoce a las tarteras que se usaban para llevar la comida cuando se iba al campo. Desde ese momento ha mantenido siempre su afición por el trabajo artesanal del corcho. Aunque desde 1991 empezó a trabajarlo con más continuidad.
Nos ha contado que el corcho se lo regalaban los jornaleros que iban a la saca del corcho cerca de Hornachos, eso sí por un trueque, ellos le regalaban el corcho a cambio de que Francisco les hiciera una pieza de artesanía con ese material. Los propietarios de los alcornocales cercanos a su pueblo también le regalaban corcho para elaborar sus creaciones. Incluso en una ocasión vino a una fábrica corchera que había en Mérida a comprar el corcho.
Francisco llegó a fabricar sus herramientas, en este caso, las cuchillas. Las cuchillas las hacía él para poder trabajar mejor el corcho. Aparte de cuchillas para la artesanía del corcho se usaban: cuchillos grandes, serruchos de madera y de hierro, escofinas para limar…esas son las herramientas básicas que se usan para trabajar.