El cambio climático amenaza muchos cultivos y un remedio que cada vez adquiere más relevancia es la genómica. Se trata de actuar sobre las semillas y modificar sus genes, sin introducir ninguno nuevo, para que conseguir que esa semilla sea más resistente al calor, a la sequía o que mantenga su productividad. Hay otras líneas de investigación como mejorar las simientes actuales o recuperar otras antiguas que sean más rústicas y soporten los veranos más cálidos y prolongados.
La Unión Europea está preparando un reglamento que regule esas nuevas técnicas genómicas que tan provechosas serían para la agricultura y la ganadería sin tener que recurrir a los transgénicos. Son avances científicos que reducen a la mitad de tiempo la obtención de esas nuevas variedades, y que también tendrían su utilidad en buscar una solución a la enfermedad de la Seca en nuestras dehesas y alcornocales.
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