En el corazón de la Ciudad Monumental de Cáceres, entre callejuelas empedradas y muros centenarios, hay un rincón pequeño y silencioso que esconde una de las leyendas más sobrecogedoras de la capital: la del espectro del Rincón de la Monja. Dicen que, en noches de luna llena, puede verse una figura femenina, vestida con un humilde hábito gris ceniza, mirada perdida y rostro demacrado, deslizarse en silencio entre las sombras.
Según la tradición oral, aquella mujer fue obligada por su padre a casarse con un hombre al que no amaba. Ante la imposición, optó por refugiarse en un convento, entregando su vida a la clausura y al silencio. Pero su destino no encontró paz. Los rumores sobre supuestos amantes llegaron a oídos de su familia, y su padre, enfurecido y avergonzado, la sacó a la fuerza del convento encerrándola en una habitación sin salida y condenándola a morir de hambre, pena y abandono, entre los muros del hogar familiar.
Desde entonces, cuenta la leyenda, su espíritu vaga sin descanso apareciendo en las noches de luna llena, lamentando el amor perdido y maldiciendo la rigidez de su tiempo.