El uso del hielo no se generalizó hasta mediados del siglo XX con la aparición de la industria frigorífica, sin embargo sus usos ya se conocían en la Antigua Grecia. El médico Hipócrates desconfiaba de él, no sucedía lo mismo con Galeno, en el apostaba firmemente y así hasta el siglo XVIII con la pequeña edad de huelo, cuando se multiplicaron los neveros y glaciares. Juan y el tío Félix cuentan toda la historia de los importantes Pozos de Nieve de La Garganta, pero en San Martín de Trevejo, Guadalupe y Villar del rey también cuentan con estas construcciones.
El hielo se empleaba para la conservación de los alimentos como uso médico, principalmente para bajar la fiebre. Se exportaba al resto de la región y a algunas provincias colindantes.