Aurora consigue que Sara pierda el miedo a montar a caballo.

Sara se muestra muy pesimista con cualquier intención que conlleve montarse a caballo, pero Aurora ha sabido tranquilizar, instruir y conseguir que Sara pierda el miedo a montarse en un caballo. Incluso estando ya sobre el animal, la cara de Sara es todo un poema. Minutos más tarde, se expresa con una sonrisa, porque se siente cómoda y feliz; su caballo Mojito se ha portado genial.