Fabri González, siendo entrenador del CP Mérida la temporada 93-94, recurrió a los servicios de una vidente para desterrar la mala suerte que perseguía a su equipo, según el supersticioso técnico gallego.
En nuestra sección "Memorias en verde, blanco y negro", de 'Minuto 30', Fabri ha recordado en qué consistía el conjuro. La parafernalia incluía la quema de unas hierbas en una sartén y el encendido de numerosas velas. Todo ello sobre el césped del estadio Municipal de Mérida.
Fabri ha recordado que las velas se apagaban repetidamente, según le contaba la vidente, porque debajo de ellos había muertos.
Año y medio después, al reformarse el estadio por el ascenso a Primera del Mérida, entre otros restos arqueológicos, aparecieron bajo el terreno de juego una treintena de tumbas de época romana.