Primero fueron las restricciones en el regadío por la sequía y ahora el calor extremo está provocando importantes daños en cultivos de secano como el viñedo o el olivar.
En el caso del viñedo, a pocos días de que comience la vendimia, la reducción de la producción puede alcanzar el 35%, según Ignacio Hurtas, secretario general de UPA-UCE. En el tomate, las pérdidas "pueden estar entre el 25 y el 30%".
"O nos adaptamos al cambio climático o no vamos a poder continuar con nuestra explotaciones", reconoce Huertas
El máximo responsable de UPA-UCE denuncia que dos meses después del inicio de la recolección de la fruta, los agricultores aún no han cobrado el producto ni conocer el precio, lo que supone incumplir la ley de la cadena alimentaria.