Por herencia y tradición vendían la leche de sus ovejas, cuidadosamente seleccionadas, a las queserías de la zona. Con el paso del tiempo y tras haber aprendido el negocio familiar, transmitido de generación en generación y aprovechando su amplia formación, los hermanos Cesáreo y José María decidieron dar una vuelta de tuerca al negocio y optaron por elaborar los quesos ellos mismos con la leche de sus magníficos rebaños criados con mimo en el corazón de La Serena. Unieron su formación universitaria, con técnicas innovadoras aprendidas de importantes productores queseros de otras tierras lejanas y continúan investigando nuevos procesos para elaborar así quesos artesanales únicos en el mundo.
"Sin un queso es artesanal, la corteza se puede comer perfectamete, porque además es donde se impregnan todos los aromas"