Nunca antes como hasta ahora las personas mayores se vieron ante un peligro como el de la covid 19.
Vicente, su camiseta de Triana y los aplausos del comienzo de la campaña de vacunación en las residencias extremeña es el icono esperanzado del final de este año en ellas. El principio de un fin que, aunque lento, se espera pueda acabar con el que hasta ahora ha sido el único método para proteger de la Covid-19 a 14 mil 900 mayores residentes: Blindarles de cualquier contacto exterior.
Y eso ha sido duro a muchas bandas:
Los mayores han acusado un miedo y un aislamiento desconocidos hasta ahora.
Sus familiares, la distancia.
Más de 584 familias un duelo sin despedidas.
Los trabajadores y trabajadoras de las residencias, en primera línea, la presión del temor a los contagios y la angustia por inventar fórmulas para limar la sensación de aislamiento de los mayores.
Los encargados de tomar decisiones en los centros residenciales, el peso de su responsabilidad.
Nos ponemos en su piel. En la de todos y todas.
Vetusta Morla y Bebe nos dan las notas que marcan las sensaciones.
Ellos y ellas, generosamente, sus vivencias y emociones.
Desde la otra orilla, la oportunidad de un puente: La empatía. Eso que siempre nos salva.