Empezó en 2008 y este año ha decidido poner fin a su carrera. Entrenar ya se hacía duro al tener que hacerlo en solitario pero si por algo destaca Alberto Lallave es por hacer fácil lo difícil y superar sus expectativas. Ha sido una constante: primero, por competir en un deporte de poca tradición masculina y con poca visibilidad y competiciones. De hecho, asegura que España es pionera en esta disciplina. Cuando él empezó, los campeonatos de España no llegaban a reunir a media docena de competidores.
Lo siguiente que hizo fue volver al tapiz en 2022 tras 8 años retirado por una lesión de rodilla. Quiso regresar y lo hizo, quería un último baile y lo tuvo. De hecho, lo prolongó un año más derribar otra barrera: un pódium senior nacional. No era su objetivo, sólo quería hacer un buen papel y superó sus pronósticos logrando la medalla de plata en cinca.
Su última competición le trae su mejor recuerdo. Deja camino para jóvenes figuras como el cacereño Matías Romero y confía en que pronto se abra una puerta para la internacionalidad. De momento, la gimnasia rítmica no está en el programa olímpico pero Lallave cree que se darán esos pasos en pro de la igualdad.