Arde el asfalto.
Colorista la pared.
Y a pie de calle encontramos al artista Jonatan Carranza Sojo. En su ecosistema: Embelleciendo el mobiliario urbano.
Reflexionando y buscando respuestas a "quienes somos" a golpe de "graffiti de raíz". Así lo define la retrospectiva que le hace al muralista el medio especializado "Folkmanía". Una referencia que nos invita a querer saber: ¿Donde está, como es el trabajo previo ante una creación de arte urbano?
En su descanso, a cubierto en las horas de más calor del día, Sojo nos habla de ello y nos comparte los momentos que le supusieron lucidez artística y giros profesionales. Todo a partir del acercamiento a las piezas aparentemente "inertes" del Museo Etnográfico naciente de su pueblo, Madrigalejo.
Desde ahí, en el aliño de su formación como arquitécto técnco y sus inquietudes artísticas desde adolescente, Sojo ha dado vida y movimiento a multitud de murales por toda la península, muchos de ellos en Extremadura: documentando hasta el extremo, dignificando lo que hasta hace poco, en muchas casas eran "cacharros",rindiendo culto a las tradiciones y rituales que nos envuelven.
Conectando con quien mira. Porque ahi dentro, puede verse.
A gran escala.
En tiempo lento.
A lomos de un puente que une generaciones, ambitos rurales-urbanos, y reconocimiento artístico.
Un arte, el de SOJO, reconocible al primer vistazo.
Emocionante si se mira en calma. Efímero, "como la vida".
Si te apetece "mirar" sus obras. Lo que se ve, y lo que no, tienes la conversación completa pulsando en el centro de la imagen, uno de sus murales urbanos.
