Las tareas domésticas que se suelen asignar a niños y niñas en casa, como poner la mesa o recoger su cuarto, inculcan a los pequeños responsabilidad. Eso, como padres, lo tenemos más o menos claro y suponemos que tener el cuarto ordenado favorece una mente más despejada y un estado interior armonioso; incluso que un espacio desorganizado puede causar problemas de concentración, dificultad en el estudio y puede afectar la hora de conciliar el sueño. Pero es probable que muchas familias no sepan que ayudar en las tareas del hogar también tiene una estrecha relación con las matemáticas porque contribuyen a desarrollar el pensamiento lógico-matemático de los menores con importantes efectos a largo plazo. Así se recoge en un artículo publicado por The Conversation y del que es coautora Ainhoa Arana Cuenca, profesora de Didáctica de las Matemáticas y las Ciencias Experimentales en Universidad Internacional de La Rioja. Charlamos con Ainhoa Arana sobre los detalles de esta peculiar conexión y sobre como casi desde bebés los niños pueden comenzar a realizar determinadas tareas domésticas que favorecerán su aprendizaje matemático.