Según los datos recopilados, la primera oleada de lengua azul en Extremadura fue en 1953. No volvió a repetirse un episodio similar hasta 2004. Desde entonces, es cada vez más recurrente en nuestra comunidad autónoma. En palabras del presidente de los veterinarios de la provincia de Badajoz, José Marín, el cambio climático ha facilitado que el mosquito vector de esta enfermedad, originario de Marruecos, se haya asentado definitivamente entre nosotros.
Esta circunstancia hace casi imposible la erradicación completa de dicha afección que tantos efectos causa en la cabaña ovina y bovina. José Marín apela al mecanismo preventivo de la vacuna para frenar su avance en la demarcación cacereña, ya que los brotes de lengua azul se ha generalizado por casi todo el territorio pacense. Los expertos creen que con la administración de una sola dosis sería suficiente para contenerla, pero los daños económicos y la limitación de movimiento en los animales son claros.