Cristina Cabaña, olímpica entre Mérida y Brunete
Criada entre el Colegio Trajano y el Stabia, Cristina Cabaña es un ejemplo de constancia, perseverancia y, podríamos hasta decir, de cabezonería. La judoca emeritense va a disputar este verano sus segundos Juegos Olímpicos, un reto casi imposible hace 4 años cuando decidía dejar el CAR de Madrid y poner rumbo a tan solo unos kilómetros al oeste, a la pequeña localidad de Brunete.
Con la clasificación a Tokio 2020 muy complicada, su llegada al equipo de Quino Ruiz fue un impulso mental para una judoca que tiró de resiliencia y personalidad. Consiguió ir escalando puestos para ganarse finalmente la plaza olímpica. Cristina Cabaña se convertía en Japón en la segunda extremeña en disputar unos Juegos Olímpicos y sería la primera en ganar un combate. Se quedó a las puertas de los cuartos de final y, por tanto, del diploma.
Fue una grata experiencia, con menos exigencia. Ahora, sin ser de esas deportistas que consideran "medallable", Cabaña sí se ve con opciones de colgarse una presea al cuello. Esa es su gran aspiración, estar en la pelea por las medallas en estos segundos Juegos Olímpicos que ha costado alcanzar pero que vuelven a demostrar que la emeritense está entre las mejores judokas del mundo en su peso, uno de los que más competidoras alberga.