Hace aproximadamente una semana nos despertábamos con la noticia de que todas las personas que cruzasen la frontera terrestre de Portugal y Francia para venir a España deberían contar con el mismo certificado covid que las que lo hacen por vía aérea o marítima. Así se vio publicado en la web del Ministerio de Asuntos Exteriores y en el propio BOE.
La medida cogió por sorpresa a las autoridades del país luso que lamentaron la decisión “unilateral” del Gobierno español y demandaron una rectificación. Horas más tarde, y tras la confusión general, la ministra portavoz pedía "disculpas por la confusión" y aclaraba que no se exigirá ningún tipo de protocolo ni prueba adicional a ambos países
Sobre esta confusa y extraña situación, reflexiona Gabriel Moreno, Profesor de Derecho Constitucional en la Universidad de Extremadura