Las Navidades pueden ser el salvavidas para muchos productores y empresas dedicadas al higo en la región, en este 2022 que está siendo un año muy difícil por la sequía. En Extremadura hay 13.000 hectáreas de higueras, pero la falta de precipitaciones ha bajado más de un 30 % la producción y, ni el calibre, ni la calidad son como los del pasado ejercicio.
Sin embargo, los pedidos de estas semanas de empresas transformadoras dedicadas a la alimentación, en concreto a la repostería, mejorarán este panorama de menos producto y más caro, por el alza de la energía y los plásticos y cartones. Nuestra comunidad sigue centrándose mayoritariamente en el higo seco, aunque cada vez se va diversificando más la oferta con otro tipo de presentaciones.