Desde el inicio de los tiempos, las setas y el hombre han ido evolucionando conjuntamente. Los hongos han sido utilizados como alimentos, para curar enfermedades e incluso como sustancias alucinógenas en fiestas y ceremonias religiosas.
Pero es en el Imperio Romano cuando se empieza a utilizar para cocinar de forma habitual.
La reina indiscutible de las setas es la citada Amanita Cesárea. Su desarrollo se produce entre el verano y el otoño y crece en abundancia en los Pirineos, Meseta Central, Valencia, Andalucía y Extremadura. Aquí, la más famosa de las setas de esta familia es el gurumelo o amanita ponderosa.
Le sigue en fama y prestigio en la cocina el Boletus Edulis (el Hongo calabaza), especies muy codiciadas por los aficionados y muy utilizadas para la comercialización porque su olor y sabor son muy agradables.