Tiene tan solo 24 años, pero acumula tanta experiencia ya en categorías FEB que es la jugadora más veterana de Miralvalle. Eso se nota en el vestuario y en la cancha, donde María Romero desprende liderazgo pero también la frescura y el atrevimiento propio de su edad.
Reconoce que su cabeza está sabiendo poner en práctica y aprovechar todo lo vivido en las temporadas pasadas, desde que debutara hace 9 años en Liga 2 con el AlQazeres, al que llegó muy joven desde Plasencia. 15 años tenía cuando sumó sus primeros minutos con la camiseta cacereña en categoría FEB.
Ahora, todo eso se nota cuando pisa el parqué. Ha ganado estabilidad y parece haber olvidado las prisas que quizá había sobre su evolución. Se muestra como una jugadora madura, fundamental en la rotación de Raúl Pérez.
Es la sexta miralvallina en minutos en cancha, suele salir siempre desde el banquillo. Asume su rol y lo disfruta. Afirma que todas se sienten importantes en un equipo muy coral, con muchos argumentos y puntos en todos los puestos, lo que hace que el quinteto titular sea una mera anécdota. Ninguna se siente titular ni suplente, todas son importantes.
De hecho, María Romero se muestra cómoda saliendo desde el banquillo y asumiendo esa función que le da Raúl Pérez para mantener el nivel de puntos y la agresividad defensiva en la segunda unidad.
De momento, funciona. Tercera máxima anotadora del Miralvalle. Lo único negativo es que en el mejor momento de su mejor temporada, ha sufrido una lesión en el hombro derecho que la obliga a parar. No le gusta estar quieta pero no quiere arriesgar. Y es que el objetivo es estar bien en el tramo final. Este Miralvalle apunta a que le temporada se volverá a alargar. El sábado puede dar un mordisco casi decisivo, pese a que empieza ahora la segunda vuelta, a ese objetivo de jugar por el ascenso.