El virus de la soledad parece extenderse al mismo ritmo que el coronavirus y también afecta a cualquier persona con independencia de dónde se encuentre. Sin embargo, y aunque los principales índices de soledad se observan en cualquier grupo etario, estos se dan, principalmente, en los sénior. Es decir, entre las personas mayores de 65 años, la llamada generación 'baby boomer' de la que ayer nos hablaba el sociólogo extremeño Santiago Cambero y a la que poníamos voz gracias a los programas de envejecimiento activo
Esta generación, nacida entre los 50 y los 70 en nuestro país, corresponde a un grupo de población que contribuye de manera anónima y subsidiaria al bienestar familiar mediante prestaciones económicas y, algo que nunca está pagado, las atenciones familiares, sobre todo a los más pequeños de la casa... y también mayores. Y sobre todo, mujeres. Que cuidan de sus nietas y nietos y también de sus padres, madres, suegras o suegros...
Y pese a que muchas de estas personas, mayores de 65 años, están acompañadas durante muchas horas del día por nietas o nietos, muchas viven en soledad, una vez que terminan esas atenciones familiares. Precisamente en Extremadura tenemos 118.100 hogares unipersonales... de los que un 43% por ciento - más de 50.000 - están formados por personas de 65 o más años... Y casi el 70% de estos hogares unipersonales están conformados por mujeres. En este dato, la clave está en la esperanza de vida. Lo dice el Instituto Nacional de Estadística, en la voz de Ramón Fernández, que es Sociólogo.
Este crecimiento de hogares unipersonales se trata de un fenómeno generalizado en toda la humanidad. Algo más del 10% de la población mundial vive sola, según los datos de la última década. Un poquino más alto es ese número en nuestra región. Hablamos de un incremento del 11% de hogares conformados por una sola persona, mayor de 65 años
La cosa cambia sin hablamos de personas menores de 65 años, aquí predominan los hombres. La soledad en estos varones viene dada principalmente por la soltería, mientras que en las mujeres suele ser por viudedad. Hay algunos casos en los que las personas mayores de 65 no viven exactamente solas, puesto que, muchas de ellas necesitan cuidados. De ahí, que una parte de la población viva acompañada por personas cuidadoras, no por familiares
En líneas generales, tanto en nuestro país, como en nuestra región, sigue creciendo la soledad. En la mayoría de las ocasiones, es una soledad no deseada. En el resto, la elección de la soledad es voluntaria. Por tanto, la soledad no está tan sola.