"La agricultura y los regadíos son imprescindibles porque empieza a haber escasez de alimentos", señala Manuel Pimentel, ex ministro de Trabajo, que participa en Cáceres en el IV Foro del Regadío de Extremadura.
Un regadío, añade, que debe ser sostenible, y que tienen que incorporar nuevas técnicas y nuevos cultivos "para optimizar el agua", que "puede sufrir un encarecimiento".
Entre las ventajas del regadío destaca su alto componente tecnológico, que permite crear empleos cualificados para jóvenes; si bien reconoce que también facilita la entrada de grandes grupos de inversión que pueden suponer una amenaza para el modelo de agricultura familiar.
Pimentel se muestra optimista sobre el futuro del campo. "Tengo la impresión de que los precios van a subir y explotaciones que estaban al borde de la rentabilidad volverán a ser rentables".