María José García Ruiz recuerda emocionada el sueño que tuvo de niña y que le cambió la vida. Se levantó sabiendo que quería ser enfermera para cuidar a los demás. Lo consiguió y durante cuatro décadas ha acompañado y mimado a pacientes de medicina interna, de psiquiatría o del hospital de día de la Unidad de Oncología del Hospital Universitario de Badajoz, su último destino antes de la jubilación.
Ha sido la esperanza y el pilar de cientos de personas a los que no solo alivió el dolor, también el miedo y la incertidumbre ante la enfermedad. Ha sido maestra de varias generaciones de profesionales sanitarios y con su sonrisa, transmitió que la vida sigue más allá de los tratamientos. Deja el hospital pero seguirá cuidando a otros como voluntaria y con la certeza de saber que tiene una vida plena.
Hemos hablado con ella, con pacientes y con compañeros del hospital que le han rendido un cariñoso homenaje en Badajoz para celebrar la nueva etapa que ahora comienza.
