Juan Carlos Rodríguez Ibarra fue testigo directo del golpe de Estado del 23 de febrero de 1981 como diputado por Badajoz. En el informativo "Primera Hora" ha reconocido que temió por su vida. "Si salí vivo de allí es gracias al Rey y por eso le tengo aprecio a Juan Carlos", señala.
Aunque "alguna nube puede a veces tapar el sol", los errores recientes cometidos por el Rey no pueden borrar, a su juicio, su labor a favor de la democracia y especialmente en capítulos históricos como el 23-F.
El ambiente en aquel 23-F era de desencanto generalizado en la población por la crisis social y económica. Una crisis también presente hoy en España. "La extrema derecha sigue teniendo presencia en España, en Europa y en el mundo, y sigue habiendo una izquierda que piensa que por oponerse a la izquierda gobernante son aún más de izquierdas", explica Ibarra.