Estas navidades, las ventas de este dulce vuelven a niveles de prepandemia, a pesar de la subida del precio de la almendra y los envoltorios. No obstante todavía falta por recuperar el negocio durante los meses de verano o el que se efectúa en aeropuertos, zonas de aduana o lugares turísticos. El sector se sigue adaptando a los gustos del consumidor y se van imponiendo las porciones individuales, más higiénicas y aprovechables.
Aunque los costes aún son asumibles sin amenazar la continuidad de los turroneros de Castuera, sí que están notando algunos problemas en el suministro de embalajes, cartones y plásticos con los que fabrican los formatos. Son retrasos que podría ralentizar el habitual funcionamiento de los obradores y la posterior cadena de distribución. Con todo, estas Navidades empiezan a parecerse más a las previas al coronavirus, al menos en nuestra mesa.