Nos duelen Las Hurdes.
Lo ciclico. La intención.
La perdida de patrimonio, de arraigo, de naturaleza, de esperanza.
Otra vez.
Queremos estar cerca. Respirando el presente con ellas y ellos, la evolución del incendio.
La continuidad de los desalojos vs la alegría de poder volver a casa. Lo que venga.
Pero cerca no es al lado.
Por eso nos vamos hasta Caminomorisco y La Huerta para realizar alllí la 4º hora de El Sol Sale por el Oeste.
Para compartir el sentir del pueblo hurdano.
Y aprender de su fortaleza.
Una vez más, nos emociona su autenticidad, que aun con el fuego sin controlar, tengan ya el foco puesto en renacer
Las veces que haga falta.
Miguela y su nieto Aitor nos acogen amorosamente en su porche, justo frente a la residencia de estudiantes de la localidad donde se acoge a las personas desalojadas de sus hogares a causa del fuego.
92 años y 31. Ambos con demasiados recuerdos de bolas de fuego en el monte.
Las últimas, estos días en La Huerta, donde tienen sus casas.
No quieren tener que apagar más, sino que se evite que se enciendan.
A la sombra de la amablidad que nos recibe en ese porche, el realizador Julio Lopez instala un estudio de radio.
Y en torno a la mesa, las sillas y las macetas de Miguela, se crea un espacio de escucha.
Al pueblo que se vuelca a dar apoyo a sus paisanos. Sin reloj.
A las trabajadoras sociales del Giseex
A las psicólogas de Copex
Todas sosteniendo la fragilidad humana ante un paisaje que se borra.
A quienes desde la residencia de estudiantes trabajan con la intención de hacer sentir a los desalojados y desalojadas "casi" en casa.
Observamos los rostros cansados de los afectados y afectadas, de los equipos de emergencia, los de quienes sofocan el fuego y los ánimos.
Trascendemos los datos para dar valor a todo lo que no se puede cuantificar.
Resignificando "la operación salida".
Confirmando que, efectivamente "en las Hurdes, la tierra es hija de los hombres y las mujeres".