Final de curso: las notas, las despedidas… y los grupos de WhatsApp echando humo. El mensaje se repite cada año: “¿Qué regalamos a la profesora?”
"La mayoría lo hacemos con ganas y porque queremos, pero sí que te sientes obligado por el resto de familias”
Eso comenta una mamá. Y otro papá añade: “Son 20 niños en la clase, 18 sí y 2 no, entonces muchas veces te obligas para que tu hija no se enfade o para que no hablen mal de mi familia o de mi casa”.
Con los años, las ideas para regalos se han multiplicado, los precios han subido y algunas propuestas rozan, dicen los padres, lo extravagante…
“Regalos un poco consumistas tipo spa o vacaciones, que ni siquiera se relacionan con el cariño de los niños"
Embutidos, viajes y hasta bolsos de marca también figuran en la lista. Hay padres que se han plantado e incluso hay centros que los han prohibido.
Lo que empezó como una tradición espontánea, se ha convertido en un pico de actividad para algunos negocios: ganan los regalos personalizados, kits de recuerdo y detalles emocionales con presupuesto cerrado.
“Tazas, botellas… sobre todo personalizados”
Un detalle que ya forma parte del calendario escolar. Y que, cada junio, vuelve a abrir el mismo debate.