La caza de perdiz con reclamo, es el uso de la perdiz macho como reclamo natural. Los cazadores crían a las perdices en su casa, con un cuidado especial. El aficionado disfruta escuchando cantar a sus ejemplares, atento a cada uno de los registros de canto que este pueda hacer, ahí es donde estará la diferencia entre el éxito y el fracaso.
A finales de Enero comienza el celo y para que el día de caza sea un triunfo debemos de conocer el terreno, un lugar donde pueda dejar a su reclamo y que además le ofrezca refugio, el cazador debe estar bien oculto pero que pueda observar en cada momento todo lo que sucede en torno a su perdiz.
Desde que el reclamo comienza a cantar, despertará la atención del campo, comenzando por los machos dispuestos a enfrentarse con aquel que viene a ocupar su terreno, o una hembra, atraída por el nuevo galán. El cazador se mantendrá quieto en su escondite, tratando de mantener la respiración en el momento en el que consiga observar como el objetivo va entrando en la plaza y apuntando poco a poco con su escopeta, de manera que consiga abatir la pieza sin dañar su reclamo.
La constante emoción de la espera, la escucha del canto de nuestro reclamo, de las respuestas del campo, la entrada de la perdiz… todos estos son momentos cinegéticos únicos, son los que hacen disfrutar a cualquier cazador.