Pintura, ojos, pestañas, pinceles, esponjas, ropa de bebé, chupetes… El taller de muñecos hiperrealistas de Eva tiene como origen su trabajo en una residencia de mayores: “Leí un artículo que hablaba de que para las personas mayores con alzhéimer les venía muy bien estos muñecos tan realistas”.
A partir de ese momento, Eva comenzó de forma autodidacta, a través de las redes sociales, a fabricar sus propios bebés reborn. “Yo quería comprarme uno porque me gustaban muchísimo, pero no estaban a mi alcance y dije: pues tengo que aprender a hacerlos”. Desde entonces, los encargos no han parado de llegar: “Para gente mayor se han vendido muchísimo, para gente que no ha podido tener hijos…” nos cuenta.
Un trabajo laborioso, que tiene como recompensa la satisfacción de poder compartir con los mayores los muñecos que ella misma ha creado.