Bosques perennifolios y caducifolios, formaciones de matorrales, extensiones herbáceas; riberas y humedales… Extremadura puede presumir de su flora, del medio vegetal que conforma nuestro paisaje. Lo admiramos con la vista, lo explotamos en nuestros cultivos, lo clasificamos en nuestros catálogos, incluso lo incorporamos a la vida urbana en parques y macetas. Sin embargo, aunque casi instintivamente muchos las amamos, vivimos generalmente inconscientes del continuado y poderoso milagro que las plantas hacen posible, así como de la relación de completa dependencia que tanto animales como humanos tenemos hacia nuestras modestas e inmóviles amigas vegetales. ¿Cómo es posible? Adentrémonos en una muy necesaria lección de biología con la ayuda de la Universidad de Extremadura.
El Lince 3.0: De la luz a la vida
Viernes, 15 Noviembre 2024