El corzo es una especie de mamífero de la familia Cervidae. Se suelen ver en solitario o en colleras. Tiene hábitos crepusculares, lo que dificulta que pueda ser visto ya que es más activo al anochecer o amanecer, mientras que durante el día suele permanecer escondido entre la frondosa vegetación. Gracias a su fácil adaptabilidad y a que las hembras pueden tener en un parto hasta tres crías, se considera a esta especie de cérvido en continua expansión.
En la península ibérica, este cérvido se encuentra distribuido por la Cordillera Cantábrica, Pirineos, Sistema Ibérico y Central, indicando que es una especie que se siente cómodo en los bosques próximos a las montañas. Sin embargo, entre sus características destacamos su capacidad de adaptación tanto en lo que se refiere al hábitat como a los alimentos que componen su dieta.
Las crías de corzos, apenas pesan 2kg al nacer, estos no están preparados paras seguir a sus madres, ni para poder huir de los depredadores. Su mejor defensa es permanecer inmóviles entre la vegetación, pasando desapercibidos, siendo una estrategia basada en el mimetismo, que es frecuente también en otras especies de cérvidos y de bóvidos. La madre, de manera discreta, los vigila y controla acercándose a ellos lo imprescindible para amamantarles y limpiarles escrupulosamente, de manera que no emitan ningún tipo de olor.