La caza de la tórtola europea, lejos de ser una amenaza, puede convertirse en una poderosa herramienta para conservar el equilibrio natural cuando se aplica bajo una gestión adaptativa basada en la ciencia. Los cazadores, siguiendo pautas rigurosas y respetando las recomendaciones técnicas, han sido protagonistas silenciosos en la recuperación de esta especie. En nuestro país, la Real Federación Española de Caza ha defendido con firmeza que la caza regulada, sostenible y guiada por criterios científicos no solo es compatible con la conservación, sino parte fundamental de ella. Investigaciones recientes del Instituto de Investigación de Recursos Cinegéticos lo confirman: la planificación del hábitat y una gestión dinámica favorecen el repunte poblacional de la especie.
Un claro ejemplo de ello se encuentra en Extremadura, donde el Plan Integral de Recuperación de la Tórtola Europea-liderado por la Federación Extremeña de Caza con el respaldo de instituciones-ha logrado resultados esperanzadores. Esta estrategia ha incluido medidas como el control de alimentación mediante aportes de grano, censos frecuentes, precintado digital y unidades de gestión cinegética, lo que ha garantizado tanto la transparencia como la eficacia de las acciones. Este modelo demuestra que es posible una convivencia entre actividad cinegética y recuperación de poblaciones en riesgo, siempre que exista rigor técnico y compromiso ambiental.
Desde 2021, la moratoria de caza aplicada por recomendación del consorcio científico europeo y el CSIC permitió mejorar las tasas de supervivencia de la tórtola en España y en otros países europeos. Los frutos ya son visibles: en marzo de 2025, el comité NADEG de la Comisión Europea reconoció oficialmente los progresos de España y validó la reapertura controlada de la caza con una tasa de captura del 1,5%. Además, el procedimiento de infracción abierto contra nuestro país fue cerrado tras verificarse que el estado de la especie pasó de un "declive moderado" a un "incremento moderado". Un avance que demuestra que la caza, cuando se gestiona con ciencia y responsabilidad, puede ser parte de la solución.