Existen más de 10.000 variedades de tomates en todo el mundo, ya que se trata de una fruta que durante años se cruzó para que pudiera adaptarse a climas fríos o para conseguir formas y colores nuevos para decoración. Desgraciadamente muchas de estas variedades se perdieron con el tiempo y se cree que en la actualidad sólo se puede encontrar un 20% en los bancos de semillas, por lo que son muy pocas las que llegan al consumidor. El motivo, según los expertos, es la estandarización de los cultivos a nivel mundial. Y es que los tomates híbridos que se usan para la producción intensiva guardan un enorme grado de uniformidad genética.
Un proyecto de investigación del Centro Tecnológico Nacional Agroalimentario Extremadura trabaja con diversas variedades para encontrar el tomate perfecto que se adapte al suelo extremeño.