La República trajo avances sociales y económicos para Extremadura. Pero fue, a su vez, una etapa convulsa que trajo mucha desestabilización, con el enfrentamiento del campesinado con las clases más privilegiadas. Como avanzamos en el capítulo anterior, con la aprobación de la reforma agraria, tras la victoria del Frente Popular en las elecciones de 1936, entre 60.000 y 80.000 yunteros extremeños ocupan tierras de labor con el objetivo de mejorar su precaria situación, con la oposición de los terratenientes. Además, el enfrentamiento político llegó a las calles también, con un aumento de tensión que desembocó en la sublevación de un grupo de militares encabezados por el general Franco, en julio del 36. El golpe de Estado solo triunfa en algunas zonas del país. Desde Sevilla, una columna de militares rebeldes viaja al norte para hacerse con el control de Extremadura. Comenzarán tomando varias localidades hasta Almendralejo, de allí a Mérida, y desde la capital se encaminan hasta Badajoz. La Segunda República está en guerra y comienza la Guerra Civil.