El jabalí es un animal de una resistencia extraordinaria. Puede recorrer grandes distancias en busca de alimento o agua, y su capacidad para adaptarse a una gran variedad de hábitats, desde frondosos bosques hasta las áreas más áridas, le permite prosperar en diversas condiciones climáticas. Pero es en su comportamiento donde se revela su verdadera fortaleza. El jabalí es astuto, sigiloso y está siempre alerta. Sabe cuándo avanzar y cuándo esconderse, y es capaz de detectar el peligro mucho antes de que este se haga evidente.
La caza más efectiva del jabalí se realiza en la modalidad de la montería, caza ancestral donde perros entrenados para detectar su presencia, con la valentía de acosarlo para moverlos de sus refugios y agarrarlos en sus huidas son los que entran es su territorio más abrupto de vegetación para provocar su salida a zonas más limpias y poder tener el lance de cazarlo, siempre que la astucia del jabalí y sus sentidos no le den la opción de escapar.