La dehesa extremeña es un paisaje singular donde naturaleza y tradición se entrelazan en perfecta armonía. Este ecosistema, característico de la península ibérica, está salpicado de majestuosas encinas y alcornoques que resguardan áreas de jaras, creando un refugio ideal para la fauna salvaje. Especialmente, el jabalí encuentra aquí tanto refugio como abundante alimento.
En este vasto territorio, donde reina la tranquilidad, el jabalí, rey del monte, se manifiesta con mayor presencia. Sus hábitos nocturnos, sumados a su astucia y agudos sentidos del olfato y oído, lo convierten en uno de los objetivos más codiciados de la caza mayor.
Cazar a este escurridizo y poderoso ungulado en la modalidad de espera es una auténtica aventura. En la oscuridad de la noche, esta práctica se transforma en un reto que exige experiencia, paciencia y destreza para alcanzar el ansiado trofeo.