El Castillo de Valencia de Alcántara se alza imponente en la localidad homónima, en la comarca del Tajo Internacional, como un testimonio vivo de la historia fronteriza entre España y Portugal. Su posición estratégica, en lo alto del casco urbano, le permitió dominar los caminos y vigilar los movimientos en la región durante siglos.
Con orígenes musulmanes, el castillo fue reconstruido en 1221 bajo la supervisión de la Orden de Alcántara. A lo largo de los siglos, la fortaleza cambió de manos y fue escenario de numerosos conflictos bélicos, incluyendo las guerras con Portugal, la Guerra de Sucesión y la Guerra de los Siete Años. Su evolución arquitectónica refleja la necesidad de adaptarse a nuevas técnicas defensivas y a los desafíos militares de cada época.
El castillo presenta un diseño irregular que se adapta al trazado urbano del pueblo, con murallas reforzadas, baluartes y la imponente torre del homenaje. En su interior se encuentra el aljibe y la iglesia de Rocamador, junto con espacios recuperados para usos culturales. La combinación de mampostería y sillares refuerza su robustez y carácter defensivo.
Hoy, el castillo alberga el Centro de Identidad de los Primeros Colonos, un espacio interactivo que permite a los visitantes conocer la prehistoria y la cultura megalítica de la zona, conectando además con la Reserva de la Biosfera Transfronteriza del Tajo. Esta musealización convierte al castillo en un recurso turístico y cultural, más allá de su función histórica militar.
Propiedad pública y accesible al visitante, el castillo forma parte del conjunto histórico-artístico de Valencia de Alcántara, que incluye barrios históricos, palacios e iglesias. Su conservación permite mantener viva la memoria de un territorio fronterizo, donde cada piedra cuenta la historia de un pasado marcado por la defensa y la supervivencia.