"Yo me he dedicado toda la vida a coser, he estado en el colegio hasta los 15 años, y a los 15 me puse a coser con mi madre". De ella conserva recuerdos, como las plantas que adornan su casa, fotografías de juventud, y una carta muy especial con la que se emociona al recordar la figura de su padre, al que no pudo conocer.
La vida de Dolores en Higuera la Real, ha estado marcada por el oficio de costurera que aprendió desde muy pequeña: "Me levantaba a las 6 de la mañana, y me ponía a bordar hasta las 8 con mi madre". Por el taller que su madre tenía en el pueblo pasaron decenas de jóvenes para aprender, y desde muy pequeña, Dolores formó parte del día a día de aquel lugar. Hoy recuerda con cariño y ternura aquellos años de aprendizaje.