Nuestros dos primeros camperos son Luis y Laura. Luis es un agroganadero que vive junto a su familia en Los Guadalperales. Ha pasado por diferentes etapas a lo largo de su trayectoria profesional. Siendo muy jovencito, decidió incorporarse a la empresa agraria comprando ovejas, porque era lo que había conocido toda su vida gracias a su padre. Pero no todo es oro lo que reluce y buen día, decidió venderlo todo y comenzar a trabajar por cuenta ajena en una finca. Años más tarde, la vida le vuelve a cambiar y el dueño de esa finca le ofrece la posibilidad de hacerse cargo de ella.
En esta aventura, nunca ha estado solo, Esther, su mujer, siempre ha estado a su vera. Se conocieron en una boda, y como dice el refrán: de una boda sale otra, y, ellos, desde entonces, no se han vuelto a separar. Dicen que son socios, en casa y en el campo. La primera vez que ella pisó el campo fue para ir a una caldereta, nunca se imaginó que terminaría lidiando con más de mil ovejas. Los problemas de salud de Luis precipitaron que ella tuviera que coger las riendas del negocio, desde ese instante, lo hacen todo a medias. Ella se ha convertido, también, en una auténtica Maestra del Campo.
Nuestra segunda parada nos lleva hasta Miajadas. Lo primero que nos viene a la cabeza cuando hablamos de Miajadas es su tomate, pero en esta ocasión vamos a conocer a toda una ganadera de los pies a la cabeza. Ella es Laura y comenzó, hace diez años, junto a su marido en esta apasionante aventura que supone gestionar una explotación de 130 vacas de tres tipos distintos. Sus inicios lo protagonizaron diez vacas que compraron después de cobrar el finiquito del ERE del matadero donde ambos trabajaban.
Como la explotación todavía no es muy rentable, Isidro, su marido, compagina su trabajo en el campo con su faceta como mecánico y Laura ha encontrado en Matías, su suegro, al mejor maestro posible