El Zajuril representa la sabiduría popular encarnada de la madre naturaleza y que atesora y transmite generación tras generación el equilibrio ancestral. Personaje curioso que iba de alquería en alquería prestando sus servicios y curando con las hierbas que recogía en la naturaleza. El zajuril era curandero, juez y maestro, y su palabra era inapelable. Manuel aunque estuvo lejos de las Hurdes nunca se olvidó de su primer amor, de su segunda madre. Y realizó varias protestas o denuncias para mejorar la vida de una comarca casi olvidada. En 1984 creó la asociación de las Hurdes y realizó la revista ‘As Hurdes’. En 1988 organizaron el segundo congreso de hurdanos y en 1989 se vistió de rey mago para demandar que la carretera fuera más grande. Por aquellos entonces el presidente era Rodríguez Ibarra y gracias a la labor que hizo Manuel y todas las Hurdes, se concedieron 800 millones para ampliar la carretera. Según Manuel, las Hurdes tenía que salir de esa soledad histórica y hacer denominación de origen de los productos de la tierra, que ya los hay, como el aceite de gata Hurdes. Participar del turismo que tiene Salamanca, como es la Alberca, Coria o Béjar, y que se hicieran rutas de una semana por Salamanca hasta las Hurdes. Manuel lleva luchando por las Hurdes los 79 años de su vida. Su mayor triunfo sería que el proyecto Alagonia siguiera adelante, que fue un proyecto para que se hiciera denominación de origen los productos de la comarca, que el río ladrillar se llame el rio malo de arriba y rio malo de abajo. Y el tercer propósito por el que lucha Manuel, es para que jamás se hagan molinos de viento en las Hurdes, ya que destruiría el equilibrio de la comarca.
Manuel Roncero, el último zajuril de las Hurdes
Jueves, 31 Octubre 2024