La caza del zorro a lo largo de la historia, se ha realizado por muchas razones, desde conseguir sus preciosas pieles para abrigos, hasta para exterminarlos en determinadas zonas por el daño que hace. Su caza ha sido un gran reto para el cazador, es un animal astuto y ágil, robusto y dotado de un gran olfato, con un oído desarrollado que ha hecho que su caza sea compleja y difícil de conseguir. Su forma de ser y de comportarse en campo, siendo un depredador nato, le ha puesto en el punto de mira, dando más valor a su caza como gestión que la de su trofeo.
Una de las modalidades de caza más utilizadas para conseguir al astuto zorro es con perros de madrigueras. Lo primero que se hace al llegar a la madriguera es valorar las bocas que estén tomadas, es decir, que se vean usadas al estar la tierra movida en la entrada y salida de las alimañas. Una vez comprobado que bocas son las principales, se mete el perro que mejor capta las emanaciones del depredador, para ver si hay dentro huéspedes y una vez se comprueba que los hay dentro, por los ladridos del perro, se sueltan más para ayudar y provocar su huida.