Erika Leiva descubrió el cante en casa porque su padre era también un aficionado a él, sobre todo en el ámbito de las celebraciones, en reuniones con amigos y familiares. En su casa se escuchaba mucho flamenco y mucha copla; su madre era una verdadera apasionada del género. Respecto al baile, su hermana mayor fue su gran referente: “quería ser como ella”. En las clases de baile, su maestro también era un aficionado a la copla, así que, al terminar las clases de baile, le ponía a las alumnas a las grandes del momento: Marifé de Triana, la Pantoja, Juana Reina, Rocío Jurado… Entre sus aficiones, le gusta el deporte, la lectura, la moda, es bastante devota del camino del Rocío, y está muy implicada en sus redes sociales para estar en contacto con sus seguidores. Tiene como deseos, cruzar el charco con su música. Le gustaría cantar en el Teatro Real de Madrid. Le gusta viajar, tanto con su música como por placer.
Erika Leiva, el presente del flamenco extremeño
Jueves, 22 Junio 2023