Muchas granjas avícolas están al borde del cierre por el alza de la energía, mientras perciben el mismo dinero por el kilo de pollo criado que en 2021. Si hace 2 años, el recibo de la luz rondaba los 800 euros, en la actualidad hay meses que ha llegado a los 3.200 euros. Una subida que ha fulminado el escueto margen de beneficio de estas explotaciones.
Además, la Unión Europea podría quedar desabastecida de este tipo de carne al proponer explotaciones más pequeñas. Busca el bienestar animal, y si no se abren muchos más negocios de este tipo, se debería importar de países como Marruecos, con menos requisitos sanitarios y medio ambientales. Algo a lo que deberán estar muy atentos tanto los organismos reguladores, como los consumidores.