Esta es la historia de cómo hay vidas merecen ser escritas para que no queden en el olvido por no haber tenido la opción poder ser contadas. Así lo han reconocido la escritora Bárbara Serván y el escritor, vecino de Cáceres Antolín Castaño Florencio
Todo comienza cuando Antolín castaño decide escribir la historia de su familia, que como tantos extremeños tuvieron que emigrar en 1964 en su caso a Madrid en busca de un futuro mejor. En la plaza del Cascorro de la capital se encontró con dos ancianos a los que quiso preguntar por tener más detalles y contextos para ambientar su novela. Uno de ellos se quedó con la mirada perdida y comenzó a contar su vida. Una vida desgarrada y sesgada en la postguerra. Tras compartir anécdotas y todo lo que Ángel vivió, Antolín decidió escribir la historia pero le hizo prometer que mantendría el anonimato. El protagonista de su libro se llama Ángel, eso sí es real. Fernández, el apellido del amigo que ese día le acompañaba y Helguera, como segundo apellido, el de la madre del autor.
A cambio Antolín pidió permiso a Ángel para poder no solo escribir y sino además desde la ficción, reescribir su historia para dar venganza a la familia de Ángel y poderle dar un giro en su historia para que conociera el amor y prosperara como persona aunque fuera en la ficción.