En la sección "no vinimos a odiarnos" cuestionamos todo tipo de violencias para intentar disolverlas pero ¿qué sucede cuando esas "violencias" o falta de cuidados no están lejos sino que los detectamos en los encuentros navideños?
¿Cómo gestionamos la diversidad de opiniones y todo lo que pueden dolernos algunas de ellas? ¿Conviene callarse y renunciar a expresar tu opinión, es mejor "abrir el melón" aunque arruinemos el ánimo de la cena?
Pedimos ayuda a la integrante del colectivo Metik y parte del podcast "surfear o sufrir", Sandra Fernández Cebrián, que nos comparte su receta básica de autocuidados navideños.
Solo lleva tres ingredientes terminados en "ía" (y no son semillas de chía) , y un anexo encantador.
Un clic el centro de la imagen y te lo contamos todo.