En el periodo de transición entre el cine mudo y el sonoro Charles Chaplin estrenó 'Luces de Ciudad' considerada como una de las 100 mejores películas de la historia del cine.
La resistencia del director a dotar de voz al mítico personaje del vagabundo, hizo que Chaplin continuara con un tipo de cine que poco a poco iba desapareciendo. A modo de burla hacia el nuevo cine comercial, de imagen y sonido, Chaplin jugó magníficamente con los efectos sonoros para generar auténticas situaciones de comicidad.
Es sin lugar a dudas uno de las primera referencias cinematográficas más antiguas de un papel protagonista relacionada con la discapacidad. La actriz, Virginia Cherrill interpretó en 'Luces de Ciudad' a una joven ciega que se gana la vida vendiendo flores en la calle y que se acaba enamorando de un vagabundo que confunde con un hombre de la alta sociedad.
La joven durante la película trabaja en los más variopintos trabajos para poder costearse la operación que le devolvería la vista.
Estamos en la década de los '30 un contexto de crisis económica y con una sociedad en la que las personas ciegas se relacionaban con la precariedad económica.
Esta cinta presenta una mirada protectora y compasiva hacia la situación de discapacidad de la protagonista. Solo una vez que recupera el sentido de la vista es cuando la joven consigue ser dueña de su destino. A pesar de estar en 1931, 'Luces de Ciudad' denunciaba aspectos como la incomunicación humana, la desmedida importancia que se le daban a las apariencias sociales o las injusticias sociales de un mundo en el parece que solo importa el dinero.